El arte de escribir
Escribir sana el alma,
abre el ángulo de la mirada,
descarga la mente,
alivia el corazón,
aclara las ideas,
ilumina las palabras,
saca lo mejor de nosotros,
o, mejor dicho, lo expresa,
y queda registrado,
para que cuando queramos volvamos,
y recordemos cómo pesamos,
o aún mejor, cómo sentimos y valoramos.
Es una extensión de nuestras ideas,
la expresión de nuestro ser más profundo,
ese que no dejamos salir a menudo
y que tanto nos cuesta mostrar al mundo,
cuando es nuestro yo más puro.